La rehabilitación de fachadas es una necesidad diaria para la enorme mayoría de nuestros inmuebles. Hasta tiempos muy recientes se optaba en la mayoría de los casos entre dos resoluciones, la primera consistía en recomponer los enfoscados por medio de morteros de cemento para más adelante colorear la fachada cada cierto número de años, la segunda alternativa consistía en utilizar enfoscados tipo mono capa satisfacción prácticamente más avanzada.
Estas resoluciones hoy en día son sustituidas por sistemas dotados de aislamiento térmico. Además de los condicionantes estéticos, la inclinación de hoy en rehabilitación de fachadas es tratar con particular consideración las resoluciones técnicas que permitan ahorros energéticos y baratos por un menor o nulo cuidado.
Los criterios a reclamar a las resoluciones de fachada serían:
Mejorar las propiedades de aislamiento térmico y acústico de la fachada, disminuyendo los consumos energéticos por climatización. Alargar el tiempo de vida servible de los acabados de fachada. La pintura sobre enfoscado tiene una vida servible aproximada de 8-10 años, si pensamos que una fachada ventilada o una fachada realizada con sistema sate tienen unos periodos de durabilidad de 50 años sin ningún tipo de cuidado, hablamos de unos ahorros considerables
Fachada ventilada
La fachada ventilada o trasventilada es un sistema constructivo de cerramiento exterior constituido por una hoja interior, una cubierta aislante, y una hoja exterior no estanca. Esta clase de fachada facilita cualquier clase de acabados duraderos, alta calidad y da increíbles prestaciones térmicas y acústicas.
Construcción:
Sobre la fachada que existe del edificio (hoja interior) se ancla una subestructura de metal realizada en aluminio o acero inoxidable destinada a aguantar el papel exterior de acabado. Entre los elementos que conforman la subestructura se tiene una cubierta de aislamiento sujeta por medio de espigas plásticas o mortero adhesivo sobre la fachada que existe. Una vez colocada la cubierta aislante, se montan las piezas de acabado. La subestructura facilita una cámara de aire de unos pocos centímetros entre el aislamiento y las placas exteriores. Las juntas entre estas placas son abiertas, admitiendo el fluido de aire. Las placas exteriores tienen la posibilidad de ser de distintos materiales: materiales cerámicos, piedra, madera, cuadros sándwich, etc.
La piel exterior o de acabado tiene ranuras tanto en la parte de abajo como en la superior, para aceptar la actualización de aire.
Funcionamiento:
La vida de juntas entre las piezas de fachada impide los inconvenientes típicos de la dilatación, por lo cual son fachadas que muestran un óptimo aspecto a lo largo de un largo tiempo. El papel exterior además amortigua los cambios de temperatura tanto en el aislante térmico como en el impermeabilizante, prolongando su historia servible. Finalmente, la presencia del papel exterior asiste para achicar las pérdidas térmicas del edificio: en los meses de verano la piel exterior se exita creando un efecto convectivo que hace circular el aire en el interior de la cámara. Este “efecto chimenea” desaloja el aire ardiente y lo moderniza con aire más frío. En los meses de invierno este efecto es inferior siendo el aislamiento térmico interior el que optimización el desempeño energético.